La viruela del mono es una enfermedad zoonótica viral, ya que puede transmitirse de animales a humanos o se puede propagar de persona a persona, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se han notificado, hasta el momento, más de 1.600 casos de la viruela del mono en 39 países, de los cuales siete corresponden a territorios donde suele presentarse, mientras que en los otros 32 no es tan común.
Los síntomas que suelen presentarse a raíz de esta enfermedad son fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones cutáneas que suelen a aparecer entre el primer y el tercer día de presentarse los síntomas iniciales.
Dichas erupciones pueden ser planas o ligeramente elevadas, algunas con líquido transparente o amarillento, que después forman costras, se secan y caen.
Según la OMS “El número de lesiones en una persona varía entre pocas o varias. La erupción tiende a presentarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También se pueden encontrar en la boca, los genitales y los ojos”. Estos síntomas pueden durar entre dos y cuatro semanas, para después desaparecer solos, sin tratamiento.
¿Cómo se transmite?
La transmisión puede ocurrir de individuo a individuo cuando la persona contagiada tiene los síntomas, entre las primeras dos y cuatro semanas, mediante el contacto físico. Tanto las erupciones, como fluidos corporales y las costras son infecciosos. El riesgo de contagio también abarca objetos o prendas que hayan sido tocadas por la persona con la enfermedad.
¿La viruela del mono es mortal?
En la mayoría de los casos, los síntomas de la viruela desaparecen por sí solos en unas pocas semanas, pero en algunas personas pueden provocar complicaciones médicas e incluso la muerte. Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la enfermedad.
Las complicaciones de los casos graves incluyen infecciones de la piel, neumonía, confusión e infecciones oculares que pueden provocar la pérdida de la visión. Entre el 3% y 6% de los casos identificados en donde la viruela de mono es endémica ha terminado en defunciones. Muchos de estos casos son niños o personas que pueden tener otras afecciones de salud. Hay que tener en cuenta que estas cifras podrían ser una sobreestimación porque la contabilidad de los casos en los países endémicos es limitada.
Los síntomas a menudo desaparecen solos sin necesidad de tratamiento. Es importante cuidar la erupción dejándola secar si es posible o de ser necesario cubrirla con un vendaje húmedo para proteger el área. Evite tocar cualquier llaga en la boca o los ojos.